¿Individuo V/S Sociedad? O ¿amigos intimos?
Hace ya sus buenos añitos que el hombre ha dejado de verse como uno mas dentro de la creación divina. Luego de procesos políticos, militares, económicos y culturales, el ser humano ha tratado de diferenciarse tanto física como conductualmente, tratando de distanciarse de una visión homogénea, para dar paso a una idea mas bien de individualización cargada de rasgos propios que le dan una identidad personal y única, es decir, ser distinto a su entorno y a sus propios pares.
Esto de cierta forma lo ha ido logrando de manera paulatina, la mujer dejo de ser tratada como un objeto de intercambio entre tribus, los niños dejaron de ser mirados como adultos enanos o los negros que dejaron de ser tan solo un color, para transformarse en ser humanos y así ejemplos hay en todos los rincones del mundo donde se ve al hombre crear pautas e instancias de diferenciación, llegando a un mundo que le da la posibilidad de ser único. Pero ¿qué paso que ahora uno ve por la ventana y todos se parecen? Pues bien, acá entre en juego una idea nueva como concepto, pero antigua en su accionar. La sociedad y su fruto, la SOCIEDAD.
Este constructo, creado por otro como es el de INDIVIDUO, nos da lo que se podría traducir en las pautas de nuestro comportamiento, entendiendo eso si que la sociedad no puede vivir ni existir sin individuos que la validen, y los mismos no pueden tener la característica de individuos si no pueden individualizarse por medio de la sociedad. Existiendo por ende una suerte de “doble identidad” (Margot Pujal -2004), en la que tenemos que diferenciarnos de los demás para sentirnos nosotros mismo y por otro lado identificarnos con los otros para saber quien somos.
Ahora bien, todo este proceso nos logra diferenciarnos los unos de los otros, pero siempre dentro de un contexto social, que da pie a una relación imbricada, donde la acción del sujeto depende de la sociedad y la sociedad como constructo dependerá del sujeto, por ende esta dicotomía entre individuo-sociedad no es tal y pese a la idea de un solo yo individual, tenemos que plantear que existe un yo social que no se encuentra separado y que trabajan juntos por la conformación del Self y es ahí donde todos somos semejantes al poseerlo, solo que nuestro actuar también se vera afectado por nuestro yo individual y personal. Solo hace falta saber cual es más fuerte en un contexto determinado para saber como actuaremos en una situación futura.
Hace ya sus buenos añitos que el hombre ha dejado de verse como uno mas dentro de la creación divina. Luego de procesos políticos, militares, económicos y culturales, el ser humano ha tratado de diferenciarse tanto física como conductualmente, tratando de distanciarse de una visión homogénea, para dar paso a una idea mas bien de individualización cargada de rasgos propios que le dan una identidad personal y única, es decir, ser distinto a su entorno y a sus propios pares.
Esto de cierta forma lo ha ido logrando de manera paulatina, la mujer dejo de ser tratada como un objeto de intercambio entre tribus, los niños dejaron de ser mirados como adultos enanos o los negros que dejaron de ser tan solo un color, para transformarse en ser humanos y así ejemplos hay en todos los rincones del mundo donde se ve al hombre crear pautas e instancias de diferenciación, llegando a un mundo que le da la posibilidad de ser único. Pero ¿qué paso que ahora uno ve por la ventana y todos se parecen? Pues bien, acá entre en juego una idea nueva como concepto, pero antigua en su accionar. La sociedad y su fruto, la SOCIEDAD.
Este constructo, creado por otro como es el de INDIVIDUO, nos da lo que se podría traducir en las pautas de nuestro comportamiento, entendiendo eso si que la sociedad no puede vivir ni existir sin individuos que la validen, y los mismos no pueden tener la característica de individuos si no pueden individualizarse por medio de la sociedad. Existiendo por ende una suerte de “doble identidad” (Margot Pujal -2004), en la que tenemos que diferenciarnos de los demás para sentirnos nosotros mismo y por otro lado identificarnos con los otros para saber quien somos.
Ahora bien, todo este proceso nos logra diferenciarnos los unos de los otros, pero siempre dentro de un contexto social, que da pie a una relación imbricada, donde la acción del sujeto depende de la sociedad y la sociedad como constructo dependerá del sujeto, por ende esta dicotomía entre individuo-sociedad no es tal y pese a la idea de un solo yo individual, tenemos que plantear que existe un yo social que no se encuentra separado y que trabajan juntos por la conformación del Self y es ahí donde todos somos semejantes al poseerlo, solo que nuestro actuar también se vera afectado por nuestro yo individual y personal. Solo hace falta saber cual es más fuerte en un contexto determinado para saber como actuaremos en una situación futura.